lunes, 26 de mayo de 2014

Padresconautismo. Educación Emergente 1: una mirada de la educación inclusiva.

Padresconautismo. Educación Emergente 1: una mirada de la educación inclusiva.


Decidir que Alejandro ingresara al aparato educativo, nos implicó asumir de lleno un escenario bastante confuso. En Colombia la educación que presupone la inclusión de poblaciones con barreras cognitivas o de otra naturaleza ha tenido un incipiente desarrollo, si bien existen una normatividad y unos programas que suponen el desarrollo y puesta en práctica de procesos educativos de integración o inclusión, los mismos no se han consolidado en la región en donde habitamos. Revisando la literatura nacional, tampoco se ha llevado a cabo en otras regiones. Eso de plano nos implicaba tomar decisiones con respecto al qué hacer y cómo hacerlo.

Asumimos que la participación de Alejandro sería más potencializadora si esta se daba en un aula multigrado rural, allí tendría la oportunidad de compartir con niños mayores y menores que él, adicionalmente las condiciones de vida de los niños rurales los construye con menor tendencia a la burla, el señalamiento, la negación, el maltrato, el consumismo y las acciones caprichosas. En eso fuimos muy asertivos, después de dos años de vida escolar, nuestro amado ha sido respetado, valorado, acompañado y tenido en cuenta por sus compañeros y compañeras. Incluso en situaciones donde él ha generado acciones agresivas, los niños han sabido relativizar los hechos, teniendo paciencia.

Empezamos nuestro ejercicio de acompañamiento, participando conjuntamente en el aula, sin experiencia concreta previa en el trabajo con niños escolarizados, echamos mano de nuestros aprendizajes anteriores. En los primeros seis meses asumimos la relación de nuestro amado con sus compañeros, agenciamos trabajos grupales, trabajos de interacción, movimiento en espejo, ejercicios prácticos de labores y haceres domésticos, elaboración conjunta de alimentos, visitas a fincas (parcelas rurales) vecinas, juegos corporales, narraciones con puesta en escena, pistas de lateralidad y dominancia, y múltiples encuentros asociados a una improvisación dependiente de los producido por niños y niñas.

Entendimos que para Alejandro y sus compañeros, nuestra presencia se convertía en una bella oportunidad, en tanto asociamos al aula múltiples posibilidades que enlazaban materiales, accesos, ideas  que no estaban centradas en una programación curricular y propuestas que descentraban la lógica logocéntrica (centrada en el docente).

Lo que entendimos como ganancia y aprendizaje para dicho periodo fue la constatación de la improvisación como un elemento intrínseco a un ejercicio educativo centrado en los estudiantes, con sus producciones y emergencias nos permitían apostarle a una creación y adaptación permanente acorde con sus propuestas, insinuaciones y reacciones.

Junto con la profesora, aprendimos a responder en tiempo real, dejando de lado los preconceptos y las obligadas rutinas de la escuela (escuchar, copiar, repetir, colorear, aquietar, centrar, indicar, suponer).

Un abrazo a todas y todos.

Padresconautismo.


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