Hoy en apariencia era una mañana como cualquiera, Alejandro se levantó desperezado a buscar cosas que hacer, al llegar a uno de los corredores vio el arco iris en el cielo. Retornó a su cuarto a cambiar su piyama por un pantalón, camisa y zapatos. Corrió al patio a encontrarse con esa cascada de colores. Al llegar no lo vio, parte del arcoiris se había desvanecido. Giró su rostro, miró a Alejandra y buscó sus brazos, diciéndole "el arcoiris ha desaparecido". Por fortuna Alejandra sabía que quedaba algo de el, y lo invitó a seguir su estela por el otro lado de la casa. Alejandro lo hizo de inmediato y para su alegría lo encontró, su rostro cambió para llegar a la risa y al aplauso. Invitó a sus hermanos, disfrutando con ellos de esos colores que nosotros vemos en sus ojos a diario.
Luego, en un acto inesperado, los niños corrieron hasta el límite con la casa vecina para llamar a su amiga Emelin. Alejandro simplemente le preguntó: "¿dondé está el arcoiris que estaba sobre tu techo?, desapareció, búscalo ".
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