miércoles, 13 de noviembre de 2013

Padresconautismo. Hay momentos para la expansión y momentos para la contracción.






Respetar los tiempos de contracción y expansión de Alejandro, Sebastian y Luana ha sido para nosotros una tarea de creciente aprendizaje. Con un modelo social netamente expandido, en el que se piensa que el ideal está configurado por las palabras  más, ascendente, progreso, desarrollo, crecimiento, mejoría, curación, avance, continuo y  tendencia al infinito, es bien complicado comprender que las cosas de la vida se expresan en tiempos de contracción y expansión.







Alejandro suele tener periodos diametralmente opuestos, que en él son absolutamente delineados, igual pasa con sus hermanos neurotipicos, sin embargo en ellos sus expresiones son más veladas. Ese tiempo cíclico que bien se expresa en la menstrución de la mujer, los cambios de la luna, la llegada de los solsticios, el nacimiento, la muerte, los cultivos no extensivos, la alimentación y el sueño, suele ser invisibilizado por las lógicas de consumo y éxito del mundo contemporáneo. 






Precisamente ha sido Alejandro el encargado de recordarnos que además de los tiempos de construcción, destrucción y linealidad,  existe un tiempo cíclico  que está ahí, para ser tenido en cuenta, en tanto potencia la experiencia socionatural del ser humano.






Hay días donde Alejandro amanece y permanece distante, silencioso, entregado a tareas que él elige, sin mediar algún tipo de requerimiento o solicitud a los otros habitantes de RAAS Vida Digna. Esta conducta puede durar tres o cuatro días. En este tiempo visita la nevera con más frecuencia para sacar alguna fruta, escarba en los armarios de la cocina para buscar sus alimentos, evita el juego con sus hermanos, y si ellos se acercan suele ser brusco y displicente. Igual rehuye a la actividad física, dedica el tiempo a tareas en las que el agua corre y las hojas de los libros pasan. Construye pistas con fichas, esconde cosas en lugares secretos, duerme más, sonríe tenuemente, rehuye el baño, el vestido y se demora tiempos inmemoriales con sus alimentos de desayuno, almuerzo y comida.  






En este periodo aparentemente es poco lo que se avanza con los trabajos hechos alrededor de sus distintas expresiones. Es un tiempo en el que nosotros debemos llenarnos de toda la paciencia del mundo para tolerar largas horas de compañía en sus distintas actividades, los almuerzos se hacen eternos, toma sus cubiertos de manera inadecuada, pierde el ritmo en cualquier ejercicio realizado, lo que lleva a altos niveles de refuerzo con elementos naturales tipo chocolatina o fruta.  Le molestan las visitas, evita jugar con sus compañeros de la escuela y asume con más detenimiento la observación de la naturaleza.








Y está el tiempo de la expansión donde tiene una disposición absoluta para convertir su día en un lugar de sorpresas encadenadas. Se levanta con todo el ánimo del mundo, va rápido a la ducha, se seca, viste y desayuna. No hay que insistirle para que cepille sus dientes o para que empiece los trabajos de la mañana en la escuela o en casa. Come sin reiteraciones, responde a reforzadores sociales, especialmente al abrazo y los saludos. Es en los días donde nos dice "abrázame fuerte, más, más". Esculca menos la nevera y los socavones de la cocina. Escucha música, canta, baila, repite de memoria los cuentos que ha leído o escuchado. Juega con sus hermanos, los abraza, les dice te amo, golpea menos y suele ser extremadamente solidario.







Algo importantísimo, en este tiempo es evidente que expresa elementos que no   expuso en su tiempo de contracción. Demuestra que lo trabajado en dicho tiempo fue asumido y elaborado, para ser expresado en sus épocas de expansión.






Reconocer estos tiempos nos ha permitido liberar gran carga de angustia del acontecer cotidiano, dado que podemos confiar en que lo trabajado, o lo aparentemente perdido en las contracciones, es en realidad interiorizado para convertirlo en recurso y habilidad para los siguientes trabajos.

Esto igual nos invita a trabajar con alta reiteración, alto reforzamiento y paciencia en su contracción, no fijándonos de manera tan técnica en sus aciertos o equívocos acorde con los trabajos programados. Es claro que dichas equivocaciones pululan en la contracción, sin embargo no significa ausencia de aprendizaje.

Con Luana y Sebastian se dan expresiones cercanas, con la diferencia de que su modulación es altamente influenciada por el medio externo, eso hace que fácilmente salgan del tiempo circular para ingresar en cualquiera de los otros tiempos. Al contrario de Alejandro, con ellos la tarea es evidenciar la existencia de dicho proceso de expansión y contracción, para así potenciar los momentos de la armonía.

Abrazos a todas y a todos.


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