viernes, 1 de noviembre de 2013

Los pictogramas evolucionan con el niño.



Cuando empezamos el manejo de Alejandro, una vez obtenido el diagnóstico nos entregaron un texto guía inicial, que planteaba la importancia de los pictogramas. Asumimos la interpretación más simple de los mismos, son objetos gráficos que referencias una acción, un objeto, una relación, una situación...

Nos dimos a la tarea de crear la primera agenda diaria, como se puede ver en las imágenes utilizamos figuras relacionadas con aspectos específicos del día, amanece, me baño,  me visto, desayuno, lavo mis dientes, voy a la escuela, regreso a casa, voy a jugar, salgo a caminar, estudio en casa, etc


Fue todo un reto hacer estos primeros pictogramas, cometimos errores de cálculo en el papel y el uso de material adherente. Nos sugirieron el uso del belcro, colocándolo en cualquier superficie, así lo hicimos y resultamos rasgando varias tarjetas dado que quedaban demasiado adheridas o simplemente el belcro se despegaba de la superficie en la pared. Igual tuvimos problemas con los pegantes para dejar fijo el belcro en ambas superficies. Las tarjetas se dañaron rápidamente, se mojaron, los niños las tomaban y arrugaban o simplemente las tiraban en lugares con agua. A pesar de ello está agenda la tuvimos durante más de un año, es curioso a pesar de ver sus debilidades logísticas, su utilidad comunicativa fue tan alta que no vimos la necesidad de hacer el cambio

Las tarjetas y los señaladores de día lo guardábamos en unos bolsillo que hicimos al margen de la agenda, igual guardábamos los signos que indicaban muy bien hecho, los has realizado y falta por trabajar. Para eso utilizamos los colores rojo, verde y amarillo.



Ya siendo evidente el cambio de Alejandro y las nuevas necesidades que este presentaba, elaboramos otros pictogramas mucho más sencillos y rápidos, evitamos el uso de belcro y tomamos mano de la cinta de enmascarar, con unas tarjetas que ya eran plastificadas. A la par desarrollamos un gráfico que incluía el concepto de tiempo y horas, permitiéndonos trabajar el paso de la mañana a la tarde y la noche. Con eso empezamos a delimitar la duración de las actividades. Es importante aclarar que en este momento ya habíamos abordado conceptos importante de los métodos congnitivo conductuales y los modelos de acompañamiento desde la psicocomunicación. Seguir sus presupuestos implicaba tener mayor control del tiempo.


Alejandro debía ser consiente de la emergencia de ese control, por lo tanto al graficarlo podíamos indicarle en tiempo lo que le estábamos proponiendo.





Para darle mayor claridad al niño sobre el uso del tiempo, ubicamos dos relojes, uno digital y otro análogo, que nos permitiera hacer de manera conjunta lecturas sobre la hora y la duración de las respectivas actividades.


!Y llegó el día de agendar con frases¡ Sentimos mucha alegría de haber abandonado los pictogramas en este ejercicio específico de la estructuración del tiempo en Alejandro. Los seguimos utilizando en otras situaciones, especialmente para insistir en los detalles de sus diferentes actividades.

Seguimos utilizando los bolsillos que permiten guardar tarjetas, eso es interesante porque Alejandro tiene acceso a ellos y se dedica a leer las frases. En ello ya hemos detectado una cosa por mejorar, debemos cambiar frecuentemente de frases, dado que las aprende y ya no las lee.

Con respecto a la elaboración utilizamos tarjetas plastificadas, para la adherencia utilizamos solo la capa dura del belcro y dejamos como superficie una tela adherente, ello facilita el manejo e impide que dañemos tarjetas.

Esperamos que estas ideas sean de utilidad para algún padre resumiendo su tránsito por este mágico mundo del acompañamiento a un niño que convive con el autismo.







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