Las escuelas emergentes son la concreción de la diversidad como práctica social. Por ello el interés está ubicado en las expresiones emergentes de niños y niñas. El o los docentes asumen un papel de observadores e inductores de escenarios y prácticas que permitan al niño abordar aspectos emergentes de tipo individual, grupal y contextual.
Esta dinámica se produce en un ámbito grupal, donde la experiencia individual juega en el plano de lo grupal. Es el grupo con sus fuerzas contradictorias, con sus condicionantes, formas de mantenimiento y capacidad productiva, el que media la expresión individual, brindándole espacios para hacerse emergente.
La emergencia en un niño no necesariamente expresa su proceso individual, con frecuencia da cuenta de la dinámica grupal o de las influencias que el medio externo tiene en el escenario escolar. Eso implica en el docente un aprendizaje y una cualificación amplia sobre las condiciones de los niños, sus entornos familiares, el entorno social, las pautas culturales y las representaciones sociales dominantes.
Ese aprendizaje es la base del docente para poder diferenciar el tipo de emergencia, acompañando así las distintas expresiones sociales del hacer grupal.
Una escuela emergente se permite a si misma visibilizar las construcciones desarrolladas por los niños a partir de la entrega de los mismo sustratos. En este caso dos niños se encuentran con una serie de figuras para construir con ellas un cuerpo humano u otro tipo de figura, en el video del enlace es evidente como cada niño acorde con su edad y condiciones genera un producto diferenciado. Lo más importante es evitar la consideración de bueno o malo, correcto o incorrecto. Son expresiones diferenciadas de un desarrollo psicológico que se va estructurando tanto en la escuela como en los otros escenarios que deambula cada niño.
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