lunes, 2 de diciembre de 2013

Padresconautismo. Una improvisación entrenada



Estamos en la casa de la abuela Herminia. Desde el viernes nos hemos encontrado con nuestra familia grande. En general lo hacemos cada dos meses, sin embargo en los dos últimos meses del año esas visitas se hacen más frecuentes !Por fortuna¡

Se supone que hoy viajaríamos a nuestra ciudad, sin embargo desde el sábado Luana tiene una laringotraqueitis (también conocida como CROUP), para evitar hospitalizarla la hemos tenido con una observación constante, eso ha implicado trasnochos de alta intensidad, con sueños en el día, lo que ha dejado a Sebastían y Alejandro con menos compañía en sus actividades. Por eso hoy que logramos dormir cinco horas, uno de nosotros se puede encargar de los trabajos de los hermanos.

Y nos encontramos con lo esperable, casa distinta, sin agenda de juego durante dos días, pantallas en distintos lugares de la casa, otras figuras adultas... !Bomba¡

Alejandro llora porque quiere pasar más de media hora en el computador y no desea seguir una agenda de juego para hoy.  Rechaza ducharse voluntariamente, y por ende viene el ejercicio de acompañarlo en la ducha y luego en su vestir. De esa fase sale indemne y con dos  afirmaciones radicales "no quiero estudiar". "Quiero seguir en el computador, no me digas qué jugar".

Le pedimos sentarse en el comedor y le proponemos manipular un juego de secuencias por colores que funciona de manera vertical y horizontal. Lo hacemos porque en experiencias previas lo que más fácil lo conecta con agendas de juego es la manipulación de objetos, luego de ello va bajando su resistencia.  Es muy interesante como afronta las secuencias en la posición vertical dado que además de manipular fichas bajo cierta secuencia, debe sostenerlas para que no caigan. Una vez terminado este trabajo que dura cerca de 30 minutos, le proponemos lanzar fichas a una cesta improvisada, a la par el propone que las fichas son animales de mar y que los va a rescatar de la playa para que sigan vivos. Sus lanzamientos los hace ubicándose en un tapete del cual no puede salir. En este ejercicio voluntario que duró 50 minutos Alejandro hace cuatro cosas muy interesantes. La primera, asumir el lugar de lanzamiento; segunda, ajustar la bolsa de manera reiterada para que la fichas pudieran entrar con más facilidad; tercero, persistir en la habilidad hasta introducir las 200 fichas; y cuarto, probar distintos ángulos de tiro.

A continuación solicitó un rompecabezas que le permite armar las letras del alfabeto. Lo llamamos para trabajar con tablillas de colores, la idea inicial fue aparear colores, sin embargo su nivel de atención era bajo, por eso de manera inmediata pasamos a figuras geométricas, utilizando las tablillas para definir los lados. Hicimos figuras de tres a diez lados. Lo interesante en esta habilidad es el abordaje de la figura como resultado de la sobreposición de otras figura, en este caso las tablillas que son cuadradas. Sus bordes terminan esbozando la figura en ausencia y sin embargo absolutamente presente. Eso significa trabajar lo paradójico de las miradas.

Al armar la figura era fácil la asociación de número de lados con número de tablillas, igual se le propuso hacer apareamiento, solicitando a Alejandro que girara las tablillas para ver los colores, dando cuenta de los mismos y el número de tablillas correspondiente.

Al hablar un momento sobre esto, reiteramos una especie de mirada axiomática.  Cuando se trabaja acompañamiento es necesario tener entrenada la capacidad de improvisación, porque todos los factores son cambiantes y cualquier previsión puede quedar desbordada por las exigencias de la situación. Por eso solemos cargar un bolso de artesano, en el cual tenemos varios materiales que nos permiten hacer improvisaciones con facilidad. Algunos de los materiales básicos son: fichas circulares de casino, tablillas de colores, cilindros de madera, cinta de enmascarar, marcadores secos, blog tamaño tabloide, tijeras, bloques, cintas, cuerda, dos o tres cuentos, colores, crayolas, una o dos botellas vacías y botones grandes.

Abrazos a todas y todos.

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